Las Artes Visuales como Resistencia: Lo Afropuertorriqueño



Por: Lyzzie N. Pérez Renta

El pasado 17 de junio del corriente, la Dra. María Elba Torres Muñoz presentó la conferencia, Las Artes Visuales como Resistencia: Lo Afropuertorriqueño, siendo la primera del ciclo Afro Saberes. Afro Saberes es un proyecto del Corredor Afro, con el compromiso de educar por medio del arte y desde la afrodescendencia.

En su conferencia, la Dra. Torres nos llevó en un recorrido por la obra de los artistas Afro más importantes del Siglo XX sin perder de vista el contexto histórico de su evolución. Durante siglos los críticos han definido el trabajo producido por artistas negros como artesanía porque no responden a la estética europea, por tanto, el producto no se mercadea como arte. El mercado artesanal recibido por la iglesia en Puerto Rico de manos de Campeche y Manuel Muñoz en el Siglo XVIII cambia a un arte más industrial producido por Francisco Oller en el Siglo XX. La Dra. Torres llamó a Oller ‘el abolicionista del pincel’. Oller en su obra desafía la estética eurocéntrica que no reconoce la negritud ni la mujer. Plantea la Dra. Torres la siguiente pregunta, ¿A quién le pinta Oller, a los europeos o a los Boricuas? Para contestar esta pregunta nos invita a analizar El Velorio (1893) comenzando por la figura del Negro Pablo. ¿Será el Negro Pablo, o será Babalú Ayé o San Lázaro, como lo conocemos en el lenguaje católico? San Lázaro, el resucitado, mirando al niño muerto mientras desde las esquinas y puertas de la casa lo miran otros negros y en otra esquina lo cantan y lo bailan. ¿A quién le pinta Oller? No importa a quién le pinta, lo importante es que denuncia la falta de equidad en su obra a través de su vida. Esto, a los ojos de la Dra. Torres, lo convierte en el artista con mayor relevancia política del Siglo XX.

La llegada de los Estados Unidos a nuestro país cambia la relación de los artistas con el mercado y la visión del arte. Nos dice la Dra. Torres que con la Ley Foraker se impone el concepto del jibarismo, el cual romantiza la figura del jíbaro pobre y trabajador. Ante esto, hubo resistencia de parte de muchos artistas. A partir de esto, la Generación del 30 retoma las posturas de Oller y plasma su realidad social en el lienzo. Esta influencia se mueve a otras generaciones que no temen incluir la cultura, la religiosidad, la vida y las costumbres en su arte. Artistas como Tufiño, Cecilia Orta, Awilda Sterling, Denis Mario Rivera, Samuel Lind, Maribel Canales y otros, presentan su trabajo desde una conciencia política que se desarrolla a través de sus vivencias.

Termina la Dra. Torres con una llamada a la acción. La historia del arte Afro está toda por escribirse. Hace falta entrar a los almacenes del Instituto de Cultura Puertorriqueña, investigar, escribir y diseminar. Nos dice, que en Puerto Rico la circulación del arte ha sido secuestrada. Necesitamos cambiar la mirada y crear nuevos espacios para validar el arte Afro. Tenemos la obligación de dar a conocer la diversidad estética que ha estado escondida por tantos años. Entonces, ¿quiénes y cuántos estamos dispuestos a trabajar para cambiar la mirada? En pleno Siglo XXI ante la realidad que vivimos y que denunciamos todos los días en las redes sociales, ¿cuál es nuestro verdadero compromiso a la acción? Preguntas para reflexionar.


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