Vista de la exposición / Foto cortesía TEA/Tenerife Espacio de las Artes
Peticionamos a nuestros ancestros de luz y estamos atentos a la escucha de la abuela. Ocama es escucha, Aracoel es abuela. Un fuego sagrado dentro. Sabemos que la radicalidad no solo funciona para fijarnos a la tierra, sino para fijar nuestra resistencia mientras se avalancha la fuerza colonizadora con sus procesos de cementación, destrucción, extracción y dominio. Entremos dentro de los latidos de la raíz definida en la multiplicación de los encuentros. Es también camino andado y por andar. Es amor cómplice para desentrañar fragmentos y construir puentes, mientras se sostiene un ejercicio continuo, hacedor de comunidad. Esta iteración expositiva del artista Jorge González compone un tejido de experiencias vividas durante los últimos 10 años. Con esta quisiéramos contarles algunos de los “Cuentos del Camino”, sabiendo que estos no llegaron solos, sino que junto a muchos otros siguen anudando para seguir caminándolas.
Vista de la exposición / Foto cortesía TEA/Tenerife Espacio de las Artes
Orocobix plantea un espacio de aprendizaje sobre procesos artesanales relacionados con la transformación de la energía en materia, con el paso del fuego a lo simbólico, con el arte o con las relaciones que se establecen a través de estos saberes y los territorios en los que nacen.
En palabras de la curadora, Michy Marxuach, “la obra de González nos hace constantemente preguntarnos cómo asumimos la educación académica occidental y nos posiciona ante el espacio crítico que es pensar nuestra indigeneidad en nuestra construcción moderna. En lugar de intentar clasificar una u otra, su obra aborda el tema, experimenta con el material y nos hace trabajar conscientemente sobre la sistematización que nos afecta e identifica”. En el trabajo de González el oficio va a contracorriente de las lógicas de la eficiencia de nuestro presente, donde el trabajo manual es borrado por la productividad industrial, y ofrece la posibilidad de establecer nuevas redes de relaciones.
Vista de la exposición / Foto cortesía TEA/Tenerife Espacio de las Artes
Desde hace una década, Jorge González ha planteado un espacio pedagógico bajo el nombre de Escuela de Oficios, una plataforma de investigación y práctica interdisciplinaria basada en el desarrollo continuo de un espacio colectivo de aprendizaje. Los participantes se dedican a mapear, documentar y emplear técnicas artesanales, apoyándose de un programa móvil que progresa a través de conversaciones, talleres y exhibiciones. Cada uno de los intersticios, a su vez, genera desde su núcleo un sinnúmero de mediaciones y activaciones que fortalecen y crean nuevos vínculos para encaminar la distribución generosa de conocimientos, compartir desde la historia oral y practicar las técnicas ancestrales de forma colectiva.
Vista de la exposición / Foto cortesía TEA/Tenerife Espacio de las Artes
En la práctica y en el intercambio entre preguntas y saberes se ha fortalecido el reconociendo de metodologías y filosofías que unen gestiones que relacionan la alfarería indígena del Taller de Cabachuelas, en Boriken y la alfarería del Taller del Alfar en Tenerife, además de adentrarnos en la quema propuesta desde Cabachuelas en Boriken con la quema propuesta por la alfarería de Lanzarote. Hay una voluntad que une seres y cuerpos que encaminan un cuido por las relaciones ancestrales y una práctica crítica por su forma de producción.
La exposición se estructura en diferentes ámbitos en los que se plantean diferentes procesos artesanales relacionados con el fuego, el tejido y el barro, o en la transformación energía de la luz en materia. En el primer ámbito se muestra una columna cubierta de tejido de enea que recibe el nombre de Abrazo y que da forma a los cimientos de la educación auto-sugestionada de Escuela de Oficios. Este Abrazo está acompañado por una serie de soportes que diagraman la circunferencia de una media luna, que enciende y obsequia a otros cuerpos el material de una vela para unirse en reclamos y peticiones desde sus propias urgencias.
Vista de la exposición / Foto cortesía TEA/Tenerife Espacio de las Artes
Una tercera sala está destinada al cultivo del humo, material que permite registrar, teñir, escribir y, en definitiva, un trazado que sale directamente de la energía del fuego, un trazo que transfiere instancias de luz. En la sala también se encuentra una estructura de tela que ha sido teñida con bejuco y sirve como soporte donde la materia se convierte en símbolo y escritura.
En un último ámbito se presenta la obra Ocama Aracoel, que en lengua taína significa ‘Escucha a la ancestra’. Se trata de un dibujo con tinta de humo sobre muselina que surge de designar reverencia y ofrendas a Caguana y Tanamá, espacio y río sagrados, de Borikén (Puerto Rico). Como extensión de este último ámbito se ofrece un mapa-ensayo en el que la curadora ofrece una mirada retrospectiva a una década de Escuela de Oficios y que se pone en diálogo con diferentes de sus obras, entre las que se encuentra la alfombra de tejido de enea que forma parte la Colección de TEA de La nébula en el medio (2017); Mitología Lareña: Acerca de la montaña de Torrecilla (Cuentos del camino) (2018-2019), la cual es parte de la colección del Instituto de Cultura Puertorriqueña , y Esperando el momento en que guarde luto (2006).
Comentarios
Publicar un comentario