Hace unos 224 años, Francisco de Goya publicaba en 1799 un portafolio de 80 “caprichos”, como él mismo los llamó. Estas obras nos muestran un mundo gráfico que no pretendía ser amable con el espectador al tratarse de una crítica mordaz a la sociedad de su tiempo, a sus vicios y sus defectos. A su vez, Salvador Dalí, quien sentía una profunda admiración por Goya, hace exactamente 50 años, en el 1973, decide establecer una conversación formal con los grabados del maestro, lo que también permitiría una mayor difusión de estas grandes obras que hasta entonces eran poco conocidas y estudiadas. En ellas, Salvador Dalí se vale de técnicas gráficas como el aguafuerte, la aguatinta y el heliograbado, aportando una colorida interpretación surrealista a la ya genial visión gráfica del maestro Francisco de Goya.
Es un honor para el Museo de San Juan aportar por un espacio de dos meses a una exposición como esta, permitiendo el enriquecimiento de la oferta turística y cultural de la ciudad y facilitando el acceso a públicos amplios con esta importante colección de gran valor artístico.
“Apreciar esta exhibición es un gusto, así que estoy seguro de que lo disfrutarán, pues es una exhibición más que para los ojos, es para la mente. Tómense su tiempo en cada obra cuando decidan contemplarla y estén atentos a los mensajes que estos dos genios del arte han reservado hasta hoy para nosotros.” expresó Luis Moisés Pérez, director del Museo de San Juan, municipio de San Juan.
La exposición ha sido posible gracias al esfuerzo colaborativo con la Fundación Universitaria Iberoamericana, la Universidad Internacional Iberoamericana en Puerto Rico y el Consulado General de España en Puerto Rico.
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