Nota de la editora: Museos y Pandemias

Por: Mireily Rodríguez

A comienzos de la semana pasada aconteció el Conversatorio “Museos Post-Pandemia: reflexiones y preocupaciones” durante el Día Internacional de los Museos (18/mayo/2020 5:00pm) auspiciado por el Museo Fernando Peña Defilló y moderado por el Arq. Alex Martínez Suárez con la participación de Luisa Peña (Presidenta del ICOM República Dominicana y Directora del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana), Mariel Quiñones (Curadora e Historiadora del Arte en el Museo de Arte Dr. Pío López Martínez de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey) y Arlene Alvarez (Museóloga, Investigadora Cultural y Nexus 1492 entre la Universidad de Leiden y CaribTrails-KITLV).





Me parece preciso y relevante traer a la mesa el debate que tanto tiempo ha sido postergado en los foros públicos sobre la restructuración del museo como institución y como concepto; no se me ocurre que surja de una entidad más idónea que el Consejo Internacional de Museos (ICOM por sus siglas inglés). La última versión de la definición de museo según el ICOM, correspondiente al 2017, establece que:

“El museo es una institución sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente con fines de educación, estudio y recreo”.

Ahora bien, ¿es esta una verdad universal? La realidad del caso es que las instituciones museales no solo lo buscan, sino que NECESITAN lucrarse de alguna manera u otra, tanto por las ambiciones de los -a veces prestigiosos y a veces no tan aclamados- oficiales que dirigen “x” o “y” museo, pero más bien para asegurar la existencia de la institución en sí misma con todo lo que eso implica. Ciertamente -y hablo desde la realidad colonial puertorriqueña-, es de conocimiento popular, que las altas esferas gubernamentales no fomentan ni patrocinan la industria cultural con el mismo ahínco con el que auspician, por ejemplo, los contratos millonarios para los amigos del alma, entre otras tantas cosas del día a día que se dan dentro de la cultura del fraude que arropa a la isla. Por lo mismo, la subsistencia del museo pre-pandemia dependía en su mayoría de donaciones de individuos. Entonces nos toca cuestionarnos ¿será posible contar con el mecenazgo en el museo post-pandemia que indiscutiblemente se dará en un contexto económico fatídico?

A propósito de actividades lucrativas y situaciones económicas, tanto Mariel Quiñones como Arlene Álvarez señalaron la imprecisión del momento exacto de la reapertura de los museos y plantearon su preocupación sobre el qué está pasando mientras tanto. Como bien apuntó Luisa Peña: la pandemia no se contempló en el plan de contingencia de ningún museo- y me atrevería a decir que de ninguna otra industria-. Todas coincidieron que durante este periodo de aislamiento social las instituciones han podido desarrollar y fortalecer su presencia digital, y sobre todo ha promovido la accesibilidad a las colecciones y recursos bibliográficos e investigativos. Volviendo a lo económico, ¿tienen todos los museos los recursos para garantizar la continuidad de labores remoto? Los que lo han logrado, ¿por cuánto tiempo más es sostenible este tipo de operación? Por lo mismo, la importancia de que la planificación y desarrollo de propuestas para financiar la supervivencia del museo durante y después de la pandemia. De igual forma, ¿se está velando por el almacenamiento y conservación correctos de las piezas? ¿Cómo? …y tantas otras interrogantes que no solo deben plantearse los profesionales de la cultura sino todo aquel ciudadano que le preocupe, aunque sea un poco, el patrimonio histórico de su país.

El verdadero reto consiste en la reapertura, sobre esto el ICOM publicó un documento titulado Prepararse para la reapertura: garantizar la seguridad del público y del personal, con ciertas indicaciones y recomendaciones sobre el proceso y dónde se indica que “los museos que no estén en condiciones de adaptarse a estas medidas, permanezcan provisionalmente cerrados”, como bien enfatizó Luisa Peña, quien por otro lado exclamó que “en la interacción siempre va a haber riesgo y hay que vivir con eso”. No obstante, hubo un convenio el conversatorio cuando se dijo que las nuevas medidas de seguridad deben ser pensadas en el contexto de cada museo y no en aspectos generales, dado que estos pueden ser insuficientes o inalcanzables. Del mismo modo surgió la incógnita de cómo implementar un protocolo riguroso de higienización para prevenir y/o contrarrestar el contagio del Covid-19 sin comprometer la salud de las piezas en exhibición, debido la nocividad de los desinfectantes.

Sin duda alguna, Mariel Quiñones tiene toda la razón al decir que “lo digital no sustituye la experiencia física” y por eso es importante diseñar e implementar estrategias para retomar las visitas físicas en el museo. Sin embargo, a la hora de bosquejar estas estrategias, es importante considerar que se ha atraído otros tipos de públicos, como también señaló la curadora e historiadora del arte. Por la misma línea, Arlene Álvarez propuso redefinir la masividad y tomarnos el tiempo como gremio para discernir entre la realidad y la virtualidad, sin perder de perspectiva que la digitalización de colecciones no es solo un paso más en la democratización del arte, sino que sirven también como un inventario visual de las piezas en posesión.

Quedaron varias cuestiones irresueltas, tales como qué va a suceder con los préstamos de obras entre museos y el itinerario de exhibiciones que ya estaban listas y próximas a su apertura. En realidad, volver a la normalidad no es opción y tampoco es posible. Hago eco de las palabras de Luisa Peña cuando digo que, verdaderamente, el museo siempre ha sido considerado un espacio con restricciones e incluso elitista. No, Juan Maldonado, el virus no fue productivo, pero somos resilientes y emprendedores. El mero hecho de apalabrar y declarar el Museo Post-Pandemia es esperanzador. Ojalá y en ese devenir el Arte y la Cultura obtengan el reconocimiento y el prestigio que se merecen.

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