Foto captada de Facebook
Por Edwin Velázquez Collazo
A raíz de mi opinión con relación a la situación de Nelson Sambolin versus la Universidad de Puerto Rico como artista residente de la institución fui atacado en las redes sociales por lo que yo llamo turbas o troles culturales, lamentablemente el artista tuvo que desalojar las facilidades. El proceso se llevó a cabo con la ayuda de algunos empleados pertenecientes a la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes - HEEND. Como bloguero de Puerto Rico Art News sinceramente dije que eso iba a pasar y que el artista no tenía razón en sus planteamientos públicos.
El sábado 15 de enero de 2019 bajo el título de “Aclarando algunas inquietudes sobre mis opiniones y comentarios en las redes” señale lo siguiente:
“Viendo esta situación el propio artista hace señalamientos textuales en varios de los principales medios de comunicación del país ( El Nuevo Dia, El Vocero y Primera Hora, Metro, Noticel ) afirmando que él tenía una residencia artística de la Universidad de Puerto Rico donde le permitían tener su taller en los predios del Jardín Botánico así como el derecho de recibir un estipendio de $1,500 dólares mensuales como beneficio y que la misma venció en el 2017. Tanto la UPR como Sambolin señalan en la prensa que del 2017 hasta el 2019 (casi dos años) el artista recibió $10,500 por pagos recibidos indebidos, ante malos procesos administrativos, por que la residencia artística ya se había vencido. Por lo tanto la UPR le solicitó el desembolso del dinero recibido así como el desalojo de las facilidades de taller ante la inexistencia de un contrato vigente que le permitiera el uso de las facilidades por parte del artista.
Foto captada de Facebook
Eso nos recuerda que sea usted un maestro del arte, artista emergente o artista marginado, en cualquier disciplina artística sin importar la calidad de su obra o trayectoria, si usted firma como individuo un contrato o acuerdo legal para una residencia artística donde hay cláusulas y condiciones con cualquier universidad, institución cultural, museo etc, vigente por una cantidad de tiempo definida incluyendo algunos beneficios, al momento de terminar la misma el acuerdo queda finalizado, a menos que se haga una extensión del mismo. Por lo tanto si dentro de las cláusulas y condiciones no hay otra estipulación al respecto usted como artista debe desalojar el lugar y dejar de recibir los beneficios estipulados. Si usted decide quedarse y seguir recibiendo los beneficios sin un acuerdo legal al respecto se expone a acciones administrativas o legales de parte de la institución que le ofreció este privilegio cultural.”
Como indiqué en ese momento no le rindo pleitesía a nadie y mis luchas las escojo yo, y claro que si reconozco el aporte de este artista a la gráfica y arte puertorriqueño, pero el tiempo me ha dado la razón con relación a mi opinión en ese momento. Finalmente al parecer la Universidad de Puerto Rico legalmente tenía razón y el artista tuvo que cumplir con el desalojo de las facilidades que ocupaba como artista residente.
Los amigos del alma continúan desangrando el país con contratos de tres, cinco, diez, veinte veces esas cifras, mientras los talentos culturales, sociales y que aportan al desarrollo individual y colectivo nos lo pasamos por donde no nos das el sol. Después tenemos representantes puertorriqueños como "San Benito" aportando basura social y nos preguntamos cómo llegamos a este punto. Lo legal no necesariamente es lo moral y correcto.
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