El mejor y peor de los tiempos para el arte puertorriqueño


"Carbonero", pintura del artista puertorriqueño Santiago Flores-Charneco, que le valieron una subvención de la Comisión de las Artes y las Humanidades del Distrito de Columbia.

por Carlos Martínez Palmer

Dos artistas puertorriqueños en la diáspora admiten que viven en el mejor y el peor de los tiempos: crean sus piezas de arte en una era de creciente supremacía blanca en Estados Unidos. Marta Pérez García y Santiago Flores-Charneco fueron los recipientes de dos subvenciones individuales de la Comisión de Artes y Humanidades del Distrito de Columbia DCCAH, entidad que utiliza fondos del Gobierno de la ciudad, y de la Fundación Nacional para las Artes (National Endowment for the Arts). La Comisión, compuesta por 15 miembros voluntarios nombrados por la alcaldesa de la ciudad capital, aprobó más de 400 subvenciones a individuos y organizaciones artísticas por un total de aproximadamente $12.9 millones para 2019, pero, en una extraña medida realizada el pasado lunes, después de que se aprobaron millones de dólares en fondos públicos el mes pasado, la Directora Ejecutiva Interina de la DCCAH, Angie Gates, solicitó a los beneficiarios de la subvención que firmaran una enmienda que autoriza a la Comisión cancelar el apoyo a la subvención de cualquier trabajo de arte que se considere “lujurioso, lascivo, vulgar, abiertamente político, o excesivamente violento, o que constituya acoso sexual, o que sea, de cualquier otra manera, ilegal”.



La artista puertorriqueña Marta Pérez García en su exhibición en el Frank D. Reeves Municipal Center de Washington DC el mes pasado, que tenía como objetivo crear conciencia sobre la violencia doméstica.



La comunidad artística en Washington protestó, diciendo que el contrato modificado infringía sus derechos de la Primera Enmienda a la Constitución; y respondiendo a estas protestas, la Comisión de Artes y Humanidades de los Estados Unidos cedió, revocando así la controvertida medida que le facultaba para censurar a los beneficiarios de sus subvenciones. La propuesta enmienda fue una reacción descabellada ante las críticas que recibiera la exhibición de la artista puertorriqueña Marta Pérez García en el Frank D. Reeves Municipal Center de Washington DC el mes pasado, que tenía como objetivo crear conciencia sobre la violencia doméstica. La DCCAH otorgó $ 50,000 a la Pérez García para crear la obra, que incluyó muñecas de tela hechas por sobrevivientes de abusos, que se colocaron suspendidas de una manera que hizo que al menos un visitante se enojara porque parecía representar un linchamiento.

El vago lenguaje de la enmienda fue preocupante por muchas razones, dijo un abogado constitucional que trabaja con la American Civil Liberties Union en nombre de los artistas. Por ejemplo, “Una obra de arte o un poema que critica al presidente Trump podría considerarse ‘abiertamente político’ y, por lo tanto, violar el contrato de subvención” —comentó el abogado. En los días previos a las elecciones de medio término el pasado martes, el presidente Trump, quien ayudó a establecer el tono político del país con retórica divisiva, tuiteó un anuncio político que se consideró tan racista en su demonización de los inmigrantes latinoamericanos que incluso Fox News lo sacó del aire. Los grupos artísticos y otras organizaciones, incluida la Coalición Nacional contra la Censura, describieron la enmienda como “un ataque a la libertad artística” que podría tener un efecto escalofriante en la expresión artística. El presidente de la Fundación Andy Warhol para las Artes Visuales, Joel Wachs, describió el requisito como “una amenaza directa” para aquellos que producen obras de arte desafiante. En momentos como éste, en el que el ‘golpe’ al multiculturalismo se vuelve cada vez más violento y generalizado, el mundo del arte y la cultura no es sólo un refugio de la toxicidad de la política, sino que presenta una alternativa más inclusiva a las órdenes ejecutivas que surgen de la Casa Blanca. Por eso, según estos artistas, vivimos en el mejor y el peor de los tiempos.

" Color Field", pintura del artista puertorriqueño Santiago Flores-Charneco, que le valieron una subvención de la Comisión de las Artes y las Humanidades del Distrito de Columbia.


* Peggy McGlone. ‘El panel de arte de D.C. elimina la amenaza de censurar al contenido controvertido’, The Washington Post, 9 nov. 2018.

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