Impresiones monotipo de petroglifos del barrio Coabey, en Jayuya, y del barrio Paso Palma,
en Utuado, Puerto Rico; Whitney Museum of American Art, Nueva York.
Por Carlos Martínez Palmer
El pasado 13 de julio, el Museo Whitney de Nueva York inauguró una exposición donde se exploran las prácticas del arte actual que celebran el arte indígena. La muestra, ‘Pacha, Llaqta, Wasichay: Indigenous Space, Modern Architecture, New Art’ reúne el trabajo de siete artistas latinos radicados en Estados Unidos y Puerto Rico cuya obra se coloca dentro del marco de la exposición con el fin de explorar las herencias artísticas de los distintos pueblos indígenas del continente. El legado aborigen boricua está representado en la instalación de Jorge González, un artista puertorriqueño que ha integrado a su obra muestras de técnicas que se han transmitido de generación en generación, como ha sido el tejido en fibra de enea, que ha aprendido del artesano Fernando Torres-Flores del barrio de Certenejas de Cidra, y la alfarería precolombina practicada por la familia de Alice Chéveres, quien dirige un taller de cerámica llamado Taller Cabachuelas en el pueblo de Morovis. El legado aborigen puertorriqueño también se aprecia en los estampados de petroglifos que se exhiben en una pequeña sala de la muestra, obra de la artista estadounidense Mónica Frassetto, quien en 1956-57 documentó varios yacimientos de petroglifos en Puerto Rico.
La artista estadounidense Mónica Flaherty de Frassetto
durante su visita al barrio Río Blanco,
en Naguabo, Puerto Rico
(foto del Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, San Juan).
Impresión monotipo de los petroglifos del río Icacos, en Naguabo, Puerto Rico,
utilizando la
técnica del estampado de superficie sobre tela
(foto revista ‘American Antiquity’, 1960, Society
for American Archaeology).
Impresiones monotipo por Mónica Flaherty de Frassetto,
colección del Fideicomiso de
Conservación de Puerto Rico, San Juan.
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