Himalayas
Turabo,Puerto Rico - El maestro fotógrafo que durante cuatro décadas se ha dedicado a documentar y difundir
varios de los aspectos fundamentales de la identidad cultural puertorriqueña, Héctor Méndez Caratini también ha viajado incansablemente para abrir una ventana a la alucinante
diversidad que puebla el planeta.
Es
precisamente el fruto de varios de estos periplos intercontinentales la
sustancia de “Caminos asiáticos”, exposición que marca el retorno de Méndez
Caratini al mundo de las exhibiciones individuales y que será inaugurada el 13 de septiembre próximo en el Museo y Centro de Estudios Humanísticos Dra. Josefina Camacho de la Nuez, en
la Universidad del Turabo.
Budas
“Caminos asiáticos”, primera
de una triada de exposiciones que continuará en el Museo de Las Américas (“Invictus”) y en el Museo de San Juan (“Raíces ancestrales en el Nuevo Mundo) -en
octubre y noviembre, respectivamente- consta de tres ejes temáticos: “Los reinos
de las Himalaya”,
“Budas” y “Zen”, con un total de 62 fotografías que exploran estos espacios inherentes al
paisaje, la religión y el misticismo de ese
distante y milenario Oriente que siempre invita a la contemplación y la meditación.
Méndez Caratini (n. San Juan,
1949) cuenta con una trayectoria profesional que tiene sus orígenes a mediados de la década de los 70 y que está documentada no solo por sus participaciones
en decenas de exposiciones colectivas y por alrededor de treinta exhibiciones
individuales, sino también por una prolífica actividad editorial representada por
varios libros sobre sus diversos proyectos fotográficos.
“Esta muestra de Héctor Méndez Caratini nos ofrece un arte maduro,
complejo, que ambiciona algo más que la
semblanza de una cultura”, dice el escritor Edgardo Rodríguez Juliá en el ensayo que documenta ‘Caminos asiáticos’. “Hemos pasado, de un estilo documental, a una
indagación de las posibilidades artísticas y formales de la fotografía y también a su aspecto metafísico. Es un
diálogo con su propio arte lo que
nos presenta aquí el
fotógrafo, y nos
señala que ese arte, que una vez fue concebido como testigo de preferencia, se
puede convertir en evidencia del misterio mismo que es la vida, esa extrañeza que
tanto asombró a Borges
-’todo es tan extraño’-, a Palés -‘¡qué mundo más extraño nos rodea!’- y en realidad, a todos los
poetas y metafísicos que en el mundo ha sido”.
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