Exposición "Mil Cuatrocientos Setenta y Un Rides" de Chemi Rosado Seijo en La Embajada


Chemi Rosado-Seijo,  Mil Cuatrocientos Setenta y Un Rides  
(vista de la instalación en progreso), 2017


San Juan, Puerto Rico - Embajada se complace en presentar Mil Cuatrocientos Setenta y Un Rides, la segunda exposición individual de Chemi Rosado Seijo en la galería. La exposición se presenta del 3 de junio al 5 de agosto de 2017.

Mil Cuatrocientas Setenta y Un Rides da continuidad a la prolongada conexión de Chemi Rosado Seijo con el skateboarding. Para la exposición, Rosado Seijo crea una instalación inmersiva de trazados geométricos urbanos que evocan cáñones minimalistas. Cada panel se crea fijando adhesivo a las ruedas de su patineta, dejando marcados sus desplazamientos, y adhiriendo las tiras de cinta adhesiva, las cuales contienen manchones y residuos de la calle, a los paneles, en arreglos geométricos. La exposición, acompañada de una selección de trabajos previos de la serie en curso sobre patinetas History on Wheels, incluye un video rodado en Cuba durante su participación en la Bienal de La Habana de 2015. Los trabajos muestran a Rosado Seijo recorriendo las calles de los barrios de La Habana por siete días desde la perspectiva de baja altura de la patineta, percibiéndose el sonido de las ruedas mientras rugen contra el cemento.


Chemi comenzó a correr patineta de adolescente, y al ingresar a la escuela de arte, rápidamente estableció paralelismos entre lo que estaba aprendiendo en sus cursos de historia del arte y su práctica de skateboarding, lo cual da paso a una investigación que se desarrolla en la obra que hoy en día continúa. Trabajos previos incluyen una serie de rampas de patineta pintadas de blanco, cuyas superficies se convertían en pinturas planas que exponían los raspazos generados por el uso, evocando técnicas del expresionismo abstracto. Rosado Seijo pasó a crear una serie de esculturas hechas de libros relacionados a teoría e historia del arte. De forma seguida, pegaba ruedas usadas de patineta a las tapas posteriores de los libros, produciendo una analogía teórica y visual entre el arte, el conocimiento y la historia del skateboarding.
En el 2005, para un proyecto con Art in General, Rosado Seijo cartografió Manhattan desde la perspectiva de un corredor de patineta, redibujando la ciudad en términos de sus lugares para patinar. En el 2006, junto a Roberto ‘Boly’ Cortés, inauguró el Bowl de La Perla, una escultura permanente construida con residentes de la comunidad La Perla, de San Juan, que funciona como rampa de patineta y como piscina, y cuyos modelos iniciales están en exhibición por primera vez en Embajada. Más recientemente, en el verano del 2016, Rosado Seijo instaló la rampa de patineta más grande que ha construido hasta el momento en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo en Costa Rica (MADC) para la exposición Number 03-16 (A.FANAL), como parte de la serie History on Wheels. Con dieciséis metros de longitud, ocho y medio de ancho y tres metros en su punto más alto, se exhortó al público a utilizarla, y posteriormente fue instalada en un parque cercano para aumentar aún más la utilización de la escultura por parte de la comunidad.

Con un enfoque dirigido al involucramiento comunitario, los proyectos interdisciplinarios de Chemi Rosado Seijo crean enlaces entre la arquitectura y el ambiente urbano circundante, generando vínculos entre el trabajo y la acción social, y producen una reunificación entre el arte y su historia.

Nacido en Vega Alta, Puerto Rico, Chemi Rosado Seijo se graduó del Departamento de Pintura de la Escuela de Artes Visuales de Puerto Rico en 1997. En el 2000, Rosado tuvo su primera exposición como solista en la Fundación Joan Miró en Barcelona. Inició el proyecto en curso El Cerro en el 2002, trabajando con residentes de la comunidad El Cerro para presentar proyectos de arte público, talleres y otras iniciativas comunitarias. Seijo ha participado en numerosas exhibiciones y bienales, incluyendo Whitney (2017, 2002), Praga (2005), La Habana (2015), y Pontevedra (2010). En el 2011, recibió la beca de la Fundación Joan Mitchell, y en mayo del 2015, Rosado Seijo fue recipiente del Robert Rauschenberg Foundation Artist as Activist Fellowship por El Cerro, distinción que reconoce a artistas que desarrollan proyectos creativos ambiciosos con un propósito social.

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