Vista de la exposición René Delgado y sus
"Sueños de Madera" / Foto suministrada
Por Vanessa Droz
...un escalofrío recorre la casa,
que vuelve a ser bosque.
Hamid Tibouchi
¿Yo? Yo soy un pobre árbol.
La selva es una sola,
un solo gran puñado de perfume,
una sola raíz
bajo la tierra.
Pablo Neruda
Al
igual que la Edad de piedra o la Edad de bronce, la Edad de madera estuvo
regida por la materia que le dio su nombre. Así, herramientas de trabajo, utensilios
domésticos, aperos de labranza, artefactos para la creación artística y toda
suerte de instrumentos —reales o imaginarios— destinados a hacerle más viable
la vida al ser humano eran construidos con madera, con ese material que parece
muerto pero que es sabia viva.Las viviendas también.
De
esa Edad —real o imaginaria— le debe
venir el linaje a René Delgado, quien destila pasión por la madera y quien hace
seis años logró su sueño de establecer el Taller Escuela de Diseño y Arte Funcional (ubicado en
Carolina) y ahora presenta Sueños
de madera, una exposición en la que, como su mismo título
indica, Delgado le cumple sus sueños a quince piezas que “quieren ser más”, que
quieren ser otra cosa —arte— y en la que él también cumple sus sueños con/de
madera.
Orgulloso
del trabajo al que se dedica, Delgado vuelve a dar con Sueños de madera el salto al diseño creativo, tal como lo hacía
cuando era asistente de Wendell Castle —padre del mueble de arte en los Estados Unidos—y
creaba bellísimas piezas en que la madera, los tapizados y otros materiales se
conjugaban en obras de arte funcional, vertiente plástica que Delgado se afana
en que recupere el prestigio que le corresponde.
En
esta exposición, las palas, con sus elaborados mangos —magníficos como torres—
y pulidas planchas, parecen piezas de ajedrez dispuestas a dar sus primeros
pasos sobre un tablero; las mesas —en las que la rusticidad (no exenta de
cierta agresividad) de los picos, rastrillos y palas se une con el acrílico en
un matrimonio insólito de novedosa sofisticación— asemejan altares para hacer
invocaciones o conjuros; los martillos pareciera que van a comenzar a moverse (Martilombriz, Martidragón, Martirabogato...)
y, por ello, a pedirnos una relación distinta con nuestras manos; y las Sillas pixel —fundamentadas en los
cuatro elementos (fuego, aire, tierra y agua) y acompañadas de la Mona Lisa—
ocupan un espacio privilegiado que espera por los oficiantes de algún rito.
Palo
que nace doblao es refrán convertido en metáfora/caja
de herramientas, al igual que La
carresilla es la expresión sublimada de un medio de transportación al que
Delgado le ha descubierto sus verdaderas posibilidades.
Obra
de René Delgado de la exposición "Sueños de Madera" – Foto
suministrada
Es
gracias a la madera moldeada por Delgado con la impecabilidad de un virtuoso que
las piezas de esta exposición pueden tener un destino distinto. Es la madera la
que les da más nobleza, la que las
lanza de un modo más elocuente a los territorios del arte. Ya la selección de
los implementos con los que va a trabajar —picos, palas, cubo, martillos, mapo—
hace patente el respeto de Delgado por el mundo de las herramientas de trabajo
cotidiano; pero es a través del manejo riguroso, pulcro y exacto de la madera que
se hace más evidente el respeto del artista por la materia viva con que trabaja
y por los demás materiales que interviene: el metal, la grama artificial, el
plástico...Finesse, al fin y al cabo.
Asimismo, esa nobleza recién
adquirida le confiere a las piezas, junto con el diseño, una dignidad
ancestral, un carácter totémicoque, además de constituir esculturas, las
transforma en piezas de un bosque o selva sagrados (esos de nuestros orígenes)
que aquí, en esta exposición, de algún modo se recrean.
Vista de la exposición René Delgado y sus "Sueños de Madera" / Foto suministrada
Quizás
la Edad de Madera —real o imaginaria— estuvo y está presente en todas las demás
edades. Recordemos también que, a lo
largo de la prehistoria y la historia, el fuego que recuperamos del rayo o del
volcán se conservó, principalmente, gracias a la madera.
En tiempos en que se
talan mundialmente 15.3 mil millones de árboles al año (Nature) y que el planeta ya ha perdido el 46% de sus árboles desde
el origen de la agricultura hace 12,000 años, es conmovedor pensar que la
caoba, el capá prieto, el cedro, el majó y el arce pasan por manos de un artista
para estremecernos, para reintegrarnos a otro lugar, para devolvernos el bosque;
un bosque donde nosotros también somos un árbol —real o imaginario—.
La exposición René Delgado y sus "Sueños de
Madera" estará en la Galería de Arte del Depto. de Humanidades del RUM en Mayagüez
hasta el 29 de diciembre en horario de 9:00am a 4:00pm.
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