El gran sonero mayor de la música popular
lleva como apodo “Maelo”. Se trata de Ismael Rivera de Santurce. Ponce cuenta con otro Ismael y este hace arte
visual en dimensión mayor también. Se trata de Ismael Figueroa un artista de la
poética visual. Estos dos mulatones marcan territorio en el espacio cultural
desde una actitud irreverente hacia la vida. Desafiantes desde el registro
artístico honran su fundamento patrio con los lenguajes artísticos. Maelo, el
sonero, se expresa desde la clave y la poética de la palabra improvisada que
remite al asunto de la casa, de la calle, del corazón. Maelo, el pintor,
nuestro Ismael del sur, con su acertado juego metafórico desde las formas
plásticas.
La exposición en la Casa Zapater del Museo
de la Historia de Ponce, ‘’La
impertinencia de la pertinencia’’, en su título ya anuncia el enfoque del
artista decidido a cucar el ojo y retar el pensamiento de sus espectadores. En
esta ocasión, prefiere un decir desde la escultura en la que las tallas en
madera se combinan con elementos metálicos u otros materiales. Algunas piezas
son cabezas, o sea, rostros que en casi todos los casos nos confrontan desde
una frontalidad. Proyectan a su vez una serenidad en las expresiones faciales y
desde miradas a su interior. Algo dicen de estar y mirar negándose a ver el
panorama ante ellas. Otras piezas son
ensamblajes alusivos a juegos, alude a escenarios de guerras y conflictos en planos
que significan las cartografías de la violencia. La justicia y la ausencia de
ella para ciertos sectores de la sociedad se expresa desde una construcción que
apunta al delicado equilibrio del balance en la vida. El hambre se viste de mantel
y queda pintado en la pared.
Ismael Figueroa es artista reconocido por
sus retratos al carbón y por sus pinturas. Desde el retrato y la pintura, el artista se
ubica en el espacio de la calle, la barra, el café y la galería para demostrar
su virtuosismo en el manejo de un medio blando que le permite recrear los
rasgos fisonómicos de sus modelos o figuras de la historia nacional. Maneja el
carbón como el alfarero que moldea con el barro; en la pintura juega con
soltura desde transparencias y pastas que el medio pictórico provee. En ese
sentido formalmente, Ismael Figueroa, demuestra un dominio extraordinario que
lo ubica en un nivel especial entre los artistas puertorriqueños. En su
trayectoria ha evadido permanecer en las zonas comunes del arte regional. Como
el sonero inquieto, este Maelo anda en afán de descubrir y deslumbrar desde
temas y conceptos alusivos al acontecer inmediato, evadiendo todo acercamiento
a la estética nostálgica de la cultura del quinqué. La escultura como medio le
ha facilitado el sentido de trabajo lúdico que lo conduce a la elaboración de
obras de presencia metafórica. En sus títulos nos recuerda al maestro de la
gráfica José Rosa y su santoral perverso encabezando la serie San Cocho. Fiel a su banco de referentes
inmediatos e insertado en un tiempo de reemplazos por alto consumo, rescata
objetos de fabricación industrial y en su hacer los deshace de su
funcionalidad. A un año del centenario de la creación revolucionaria de Marcel
Duchamp, “La fuente” (1917), que exalta
para siempre el readymade en los espacios museográficos, el artista desde “La
impertinencia de la pertinencia” le hace un reconocimiento sureño a esta
figura internacional del arte contemporáneo.
Como un creador de su tiempo ubicado en su
geografía familiar, Ismael Figueroa, demuestra la fructificación desde sus
estudios en la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico. Encarna a su vez la
conciencia de la diferencia entre la producción plástica del norte y sur de la
Isla. Quien no conoce suficiente pensará
que con la proximidad entre esos dos polos no puede haber diferencias y
dinámicas distintas. Que si las hay y muy dramáticas. Ismael Figueroa en su
hacer artístico funde de ambos ejes culturales. Hombre cultivado y receptivo a nuevos modelos,
se nutre del arte desde fuentes internacionales como corresponde a un hombre
inquieto y ávido de adentrarse y adelantarse como artista con un discurso
pertinente al acontecer actual. Las obras en sala pueden estudiarse como
ejemplos de un arte de compromiso social.
Implica eso que cada detalle en las obras carga un significado alusivo a los
grandes, medianos y minúsculos retos que confrontamos como sociedad.
La relación en los títulos de las obras son
de por sí claves que ayudan a adentrarnos en algunas lecturas que el artista
provee y otras que quedan abiertas a interpretaciones tan
vastas como nuestras capacidades de ver y entender sin límites ni
restricciones. El proceso de aprecio de
esta oferta artística es una lección en crecimiento desde la perspectiva
individual y colectiva. Ismael Figueroa demuestra el aplomo que corresponde a
una etapa de madurez, con la levedad desde el humor de la sátira y la crítica y
con un registro plástico acertado desde su poética puntual.
Hay un sonero mayor de Santurce y hay un
maestro mayor de la plástica en Ponce y los dos se llaman Maelo.
La
exposición ‘’La impertinencia de la pertinencia’’ de Ismael Figueroa se
exhibirá hasta el 30 de septiembre de 2016
en el Museo de Historia de Ponce
localizado en la Calle Isabel # 53, esquina Mayor, en Ponce Horario:
Lunes a viernes, 10:00am - 6:00pm. Para más información puede comunicarse con
la Oficina de Museos Municipales al teléfono 787-844-7071
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