Del círculo a la esfera: una dinámica del origen, obra de Calin Dover Tarrat en la Galería Guatíbiri de Río Piedras
Si
tuviéramos que describir en una sola palabra la más reciente exposición
individual de Calin Dover Tarrat, con "paradójica" bastaría. Esférico, la muestra de este artista que
actualmente cuelga de las paredes de la galería Guatíbiri, en Río Piedras,
encuentra en la contradicción una fuente de sentido, mientras unifica la
dicotomía tema-técnica. Como resultado, Tarrat nos presenta una selección que
se ubica en el punto medio entre un arte cuasi-comercial, capaz de apelar al
gusto de quien busque una pieza para decorar su sala u oficina, y un arte
suficientemente significante para la sala de un museo.
Si
bien la exposición se titula Esférico,
las once obras, de generoso tamaño, responden al círculo antes que a la esfera,
por tratarse de obras de un formato bastante clásico: pinturas de caballete
sobre soportes circulares o cuadrados. No obstante al hecho de que se tratan de
obras planas y sin intención alguna de volumen, la referencia a la tercera
dimensión -es decir, a la esfera- proviene del tema: una suerte de génesis
pseudo-científico. Línea temática entrecortada, debemos señalar, pero que no se
pierde del todo gracias a la constancia del medio-mixto y la técnica, principalmente
a base de círculos, presente en todas las piezas.
El
origen del universo como tema, se hace presente desde la pieza más antigua que
el artista expone en esta ocasión: Creation
vs Evolution (2012). Obra que consta de dos círculos de varios tonos de
anaranjados en una composición diagonal, que se encuentran y se funden en una
pequeña porción, dejando fuera un pez y dentro una paloma; además de esto una
serie de círculos en la esquina inferior izquierda que lucen como especie de
código, y todo sobre un fondo blanco. Obra representativa de la serie puesto
que reúne los elementos de todas las demás: el círculo como elemento
constituyente, la pintura líquida salpicada y chorreada, el collage
planificado. Sin embargo no hace falta
tal título para llegar al referente. Y es que los círculos que fundamentan las
composiciones, remiten a burbujas que borbotean desde profundidades sugeridas
mediante los fondos blancos; fondos claramente trabajados sobre otros colores
previamente dispuestos. El artista confiesa mezclar su propio blanco a partir
de pinturas de varias bases, y la práctica de cancelar, -mediante este blanco-
capas de pinturas anteriores para completar sus composiciones, con bastante sobriedad,
es evidente a la vista. De hecho, la técnica mediante la cual Tarrat practica
la abstracción es lo suficientemente buena para sostenerse por sí sola. Con lo
que nos parece que podría prescindir de las figuras reconocibles; en especial
nos parece que sobra cierta figurilla humana en la pieza no titulada que recibe
al espectador en la pared izquierda, a
la entrada de la galería. Quizá el intento de narrativa se desprende del
interés del artista en la crítica social y el estudio psicológico a través del
arte, pero nos parece que obstruye la organicidad mediante la cual las obra
parecen surgir por sí solas, casi naturalmente, de ese espacio indeterminable
que las caracteriza.
La
paleta implementada en esta serie se divide en colores derivados del azul y el
rojo. Colores que en ocasiones son contenidos en dentro de los límites de las
figuras y en otros momentos explotan cual "¡pop!". De aquí que el
tema pueda ser leído mediante la constancia en las composiciones que parecen
desde planetas enteros hasta esos momentos imaginarios en los que un espécimen
emerge del agua para adelantar el proceso evolutivo. Por ejemplo, la obra Starving Empty Pockets (2016), compuesta
de un gran círculo inacabado de panel plástico -cortado por la parte inferior
derecha-, sobre soporte de tela y trabajado con diferentes tipos de pinturas,
parece sugerir el momento en el que la necesidad funge como agente catalizador
del cambio; de un elemento surgen otros de diferente naturaleza, se deriva y
multiplica. Así mismo en toda la muestra, el tema y la técnica se apoyan
mutuamente; tanto así que nos vemos en la necesidad de hablar de una y otra para
luego volver a la anterior, y así sucesivamente. En conjunto, evidencian una
exploración artística de Tarrat a través de, al menos, cuatro años y como
consecuente, una madurez en la técnica que redunda en su temática.
La
simplicidad de las obras y su paleta brillante aunque balanceada por tonos
oscuros le otorga el atractivo decorativista del que hablábamos antes. No
obstante, en cada obra hay mucho sucediente; formalmente hablando: una
abstracción entre geométrica y lírica, estéticamente hablando: explosiones,
movimientos, un caos conducente un posible orden futuro. De modo que las
composiciones sencillas contienen dinámicas complejas. Dinámicas que hacen
de las pinturas bidimensionales, obras, verdaderamente esféricas.
Esférico se presenta a partir
del 8 al 22 de septiembre, en la Galería Guatíbiri, 1003 Calle González, Río
Piedras. Para más información puede comunicarse al 787-635-2010 o mediante el
correo electrónico dovercalin@aol.com
Sobre el
autor: Carlos Ortiz Burgos, crítico de arte emergente y curador independiente. Fundador
y director de la publicación digital Puntos de Fuga. Estudiante de Historia del
Arte Latinoamericano y del Caribe, con énfasis en Arte de Puerto Rico, en la
Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Graduado de la Escuela de
Bellas Artes de Carolina, Especialización en dibujo (2007)
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